Mi nombre es Felipe Ángel Bojórquez Espinosa y soy originario de Cuernavaca Morelos, México. Este es el camino que me llevó a dedicarme al desarrollo de la práctica musical saludable, de alto rendimiento.
Empecé a estudiar música cuando era bastante pequeño, tomé mis primeras clases de piano, armonía y solfeo con Turcios Ruíz, gran pianista y profesor de música.
A los 14 años de edad compré mi primer flauta traversa y comencé mi estudio de manera autodidacta, viendo algunos videos que tenía mi papá de John Coltrane tocando la flauta, en ese tiempo era difícil acceder a la información que hay ahora, y mi única referencia era ese video de Coltrane. Después de unos meses de practicar con el video, por fin logré encontrar a alguien que diera clases de flauta pero que en realidad era saxofonista. Aprendí mucho musicalmente hablando pero nunca hablamos de las cuestiones posturales y técnicas específicas del instrumento, lo que me llevó a tener que investigar todo eso por mi cuenta.
Cuando cumplí 16 años, entré a la Escuela Nacional de Música de la UNAM y ahí empecé, por primera vez, a estudiar con una persona que se dedicaba a la flauta traversa completamente, el maestro Horacio Puchet Cánepa, con él aprendí a armar la flauta correctamente y empecé a tener nociones de cómo pararme, cómo sentarme y cómo sostener el instrumento.
Un año después me mudé a la ciudad de Xalapa para estudiar con la maestra Natalia Valderrama. Natalia, una gran profesora, se dio cuenta inmediatamente de que mis conocimientos musicales superaban por mucho a mis capacidades técnicas, ya que, a pesar de que había estado un año intentando corregir muchos hábitos posturales que había adquirido de mi tiempo imitando a Coltrane, todavía había cosas muy básicas qué tenía que observar y soltar, y consideró que sería mejor para mi tomar clases de tai-chi o yoga, y natación, con la finalidad de desarrollar una mayor compresión de mi postura al tocar. Yo quería tocar lo mejor posible, así que seguí su recomendación y me anoté a las clases de tai-chi, yoga y natación, disciplinas que practiqué a lo largo de los 7 años que estuve estudiando con ella.
Desde que comencé mi práctica de tai-chi y yoga, traté siempre de vincular lo que aprendía con mi práctica musical cotidiana, no sólo a nivel “corporal”, sino desde el punto de vista filosófico, me involucré mucho con la filosofía y la meditación taoista y buscaba la forma de utilizar todo lo que aprendía. Estoy seguro de que eso me ayudó a transitar toda mi carrera sin dolores ni lesiones de ningún tipo.
Cuando cursaba el segundo año de la carrera, empecé a darle clases de contrapunto y de flauta a un par de compañeros que tenían tenían problemas no sólo de dolores y lesiones, sino problemáticas emocionales bastante duras relacionadas a la práctica de su instrumento y las materias que cursábamos. Pronto me di cuenta de la enorme satisfacción que me daba poder ayudarlos y ahí me di cuenta de que lo que más amo es enseñar.
Ahí empecé a indagar y pensar en distintas opciones de carrera, que me permitieran dar clases y poder enfrentar las problemáticas que sabía que mucha gente que estudiaba conmigo tenía, así que intenté entrar a la licenciatura en psicología pero por un trámite burocrático no me pude anotar al examen de admisión… y eso me llevó a estudiar medicina tradicional china.
Enfoqué mi trabajo final de la carrera de medicina en la relación del sonido con los 5 elementos y los meridianos energéticos de la acupuntura y, para la bibliografía de esa investigación, encontré un libro de un musicoterapeuta llamado Rolando Benenzon, una autoridad en el tratamiento del autismo y los trastornos psicóticos. Su invetsigación me fascinó, así que decidí mandarle un correo electrónico contándole un poco sobre mi camino y mis ganas de dedicarme a la salud dentro de la enseñanza musical, sin la esperanza de que me respondiera… y le mandé mi tésis.
Para mi sorpresta, el Dr. Benenzon recibió mi correo, leyó mi tesis y me invitó a irme a Buenos Aires a estudiar con él. Así que me mudé a Buenos Aires a estudiar el magister en musicoterapia Benenzon.
En Buenos Aires tuve la enorme fortuna de continuar mi formación como flautista de manera independiente y en la Universidad Nacional de las Artes, con dos profesores que siempre me permitieron explorar libremente todas mis ideas sobre la postura, el equilibrio y mi relación con la flauta y la música, Raúl Becerra y Laura Falcone, mucho de lo que sé y pienso de la flauta (y de la música), se lo debo a sus enseñanzas.
Mientras continuaba con mis estudios de flauta y musicoterapia, conocí la Técnica Alexander. Desde la primer clase que tomé, me di cuenta de que eso era lo que había estado buscando desde el principio, la Técnica Alexander fue lo que me ayudó a “concretar” todo eso que había aprendido en el tai-chi y en la meditación, al terminar la primera clase que tomé, sentí que toda esa información que había estado explorando por tantos años, al fin se hacía tangible, fue la primera vez que sentí en el cuerpo todo eso que hasta ese momento era, para mi, algo más bien filosófico.
Así que decidí inscribirme a la Escuela de Técnica Alexander de Buenos Aires, para certificarme como profesor, bajo la dirección de la profesora Merran Poplar, y actualmente sigo especializándome en la profundización de la enseñanza de la Técnica Alexander con el profesor Bruce Fertman. Mi formación en la Escuela de Técnica Alexander de Buenos Aires y la formación con Bruce son, sin duda, las dos cosas que más han influenciado mi trabajo como músico.
Ahora tengo 38 años y hace ya 21 años que empecé mi búsqueda para desarrollar una práctica musical eficiente y saludable que me lleve a mi y a mis alumnos, a tocar lo mejor que pueden tocar, disfrutando lo más posible y sin lesionarse.
Mi más grande pasión es la de explorar el uso que hago de mi organismo en mi práctica musical, y ayudar a la gente a desarrollar una conexión profunda con su organismo, utilizando la música como medio para observarse.
Así que si llegas hasta aquí y sientes que mi trabajo podría ayudarte, te invito a que me escribas y conozcas mi trabajo, estoy seguro de que mis clases pueden ayudarte a encontrar un camino que te lleve a desarrollar mayor conexión contigo, con tu instrumento y con la música